Estaba más que cantado. A los 45 años, Joaquin Phoenix ha logrado su primer Oscar como mejor actor por su descomunal interpretación de Joker en la cinta de Todd Phillips. Se ha impuesto a Antonio Banderas, Jonathan Pryce, Leonardo DiCaprio y Adam Driver. “No me siento elevado por encima de ninguno de mis compañeros de nominación”, ha dicho en un discurso potente en el que ha criticado con rictus serio el comportamiento del ser humano con el planeta y los animales y ha hablado de la necesidad de la lucha contra la injusticia: “Nadie tiene derecho a explotar a los otros con impunidad. Creo que nos hemos desconectado del mundo natural y estamos inmersos en un mundo egocéntrico. Estamos explotando nuestro entorno”, ha dicho. “He sido difícil, pero muchos me habeis dado una segunda oportunidad y eso es lo mejor. El cine me ha dado una vida extraordinaria. He podido utilizar mi voz”, ha añadido. Phoenix también ha recordado a su hermano River, actor fallecido en 1993 en el auge de su carrera, que le inculcó su amor por el cine y le vaticinó que sería más famoso que él. “Corre al rescate y la paz vendrá después”, ha dicho en su memoria.
El estadounidense era el máximo favorito para ganar el Oscar al mejor actor, una categoría a la que ha estado nominado en tres ocasiones –tiene otra como actor de reparto por su malvado emperador Cómodo de Gladiator (2000)- por un trabajo superlativo, descomunal, alabado por crítica y público en la piel del Joker, un personaje que le obligó, entre otras cosas, a adelgazar 23 kilos y al que él le ha dotado de una personalidad arrolladora: de ser un hombre enfermo ninguneado por la sociedad que solo pretende convertirse en cómico y hacer reír a la gente a erigirse en el payaso villano de la eterna sonrisa pintada y enemigo número uno de Batman. Phoenix ha arrasado en la temporada de premios como mejor actor: Globo de Oro, Bafta, SAG,...solo le faltaba el Oscar.
Nacido en Puerto Rico en 1974, donde sus padres se instalaron durante unos años como misioneros de la secta Los niños de Dios, no tardó en aparecer como actor en campañas publicitarias y shows televisivos al lado de su hermano River Phoenix, un actor con una de las carreras más prometedoras de Hollywood a principios de los noventa que falleció en 1993 por una sobredosis de más de cinco drogas a las puertas del local The Viper Room.
La muerte inesperada de su hermano le dejó muy tocado durante tiempo. Joaquin llamó al 911 pidiendo ayuda en una conversación que apareció los días posteriores en todos los medios de comunicación. “Está teniendo espasmos, en las calles Sunset y Larrabee. Por favor, vengan aquí. (…) Creo que ha tomado Valium o algo así. No lo sé. ¡Por favor! ¡Se está muriendo! ¡Por favor!”. Precisamente, Joaquin recordó en el pasado festival de Toronto a su querido hermano como la persona que le inculcó su amor por la interpretación al obligarle a ver Toro salvaje dos veces y decirle que se iba a convertir en un buen actor. No se equivocó en absoluto.
Como muestra, su dedicación y entrega absoluta en cada papel que ha protagonizado, siempre dejándose la piel para alcanzar el máximo nivel de credibilidad: desde su debut en un pequeño papel en S.O.S.: Equipo Azul (1986), pasando por el vengativo Cómodo al Johnny Cash de sus años mozos en En la cuerda floja, al vagabundo al que le asaltan las dudas como mano derecha del líder de la secta de la Cienciología en The master; el sensible y solitario Theodore que se enamora de la voz de su sistema operativo en Her; el Jesús de Nazareth de Garth Davis en María Magdalena o el violento Charlie del western Los hermanos Sisters...Phoenix ha demostrado a lo largo de más de tres décadas de carrera que nació para la actuación.